ChatGPT-5 llegó: ¿la revolución de 2025 o una promesa incompleta?
Hoy se lanzó ChatGPT-5: un modelo 'nivel doctorado' con nuevas personalidades, mejor razonamiento, enorme contexto y capacidad multimodal. Pero también enfrentó críticas. ¿Es el futuro o un salto a mitad de camino?
Facu Guardia

ChatGPT-5: la gran novedad del momento
OpenAI lanzó ChatGPT-5 el 7 de agosto de 2025: un modelo unificado que reemplaza versiones anteriores (GPT-4, GPT-4o, GPT-4.5, o-series) y llega con promesas de inteligencia tipo “doctorado” en escritura, código, salud y razonamiento profundo.
Incorpora un enrutador en tiempo real que selecciona el modo óptimo según la consulta, reduce alucinaciones, permite personalidades configurables y maneja una ventana de contexto de hasta 400 000 tokens—una auténtica revolución para manejar grandes volúmenes de contexto en una sola conversación.

Usabilidad y controversia: ¿todo es color de rosa?
La disponibilidad inmediata para todos los usuarios generó entusiasmo: incluso los gratuitos acceden a funcionalidades avanzadas, aunque con límites por tipo de suscripción. La versión Pro—con precios de hasta US$200/mes—ofrece mayores límites y acceso extendido.
Pero no todo fueron elogios: muchos usuarios se volcaron a Reddit y redes criticando que ChatGPT-5 perdió parte del carisma emocional de versiones anteriores y presentó errores absurdos como fallos de ortografía o geografía básica. Algunas voces reclamaron que se mantuvieran disponibles versiones previas mientras GPT-5 se estabiliza.

Implicaciones reales en desarrollo y en lo personal
Para nosotros como desarrolladores, GPT-5 trae beneficios: mayor capacidad para manejar lógica compleja, contextos extensos, y personalizar respuestas según tu estilo de trabajo o tono – gracias a las personalidades como “robot”, “nerd” o “escucha empática”.
A nivel laboral, el modelo promete acelerar tareas como generación de código, documentación, análisis de salud o flujos críticos. Su mayor contexto habilita revisiones de código más profundas y análisis completos sin fragmentar las conversaciones.
Y en lo personal, el poder elegir el tono de interacción—desde sarcástico hasta más empático—abre posibilidades para asistentes adaptativos más humanos, que aprendan de ti y con los que colabores, no solo interactúes.